Sócrates y su dialogo
educativo
“La enseñanza de Sócrates, consiste en examinar y poner
a prueba, no los conceptos, sino los mismos hombres,
y en inducirlos a que se den cuenta de los que
son”.
Brehier.
Sócrates nació en Atenas en el año 469 a.C. siendo joven se sintió
identificado con la oratoria, retórica y filosofía de los sofistas, a
diferencia de ellos éste pudo alcanzar cierta verdad absoluta en los asuntos
culturales, políticos, religiosos, que no pudieron demostrar estos sabios.
Además, le gustaba enseñar en las plazas públicas, mercados y gimnasios
despertando la curiosidad y admiración de los jóvenes atenienses (que luego se
convertirían en sus discípulos) por su manera de escrutar a los hombres para
que sean mejores ciudadanos.
El pensamiento filosófico socrático,
igual que los sofistas, estaba centrado
en el ser humano. Sócrates se preocupó en que los hombres reflexionaran
y se escrudiñaran así mismo, un ejemplo de ello es la inscripción que esculpió
en el templo de Delfos: “Conócete a ti
mismo” frase que lo incorporó a sus
discípulos como estilo de vida para que tomaran conciencia de sus virtudes y
sus faltas. Por otra parte, en sus diálogos reconoció su ignorancia cuando
proclamaba irónicamente: “sólo sé que no
sé nada”. Estrategia que ayudó a debatir con preguntas “el que es” de las
cosas, obligando a su adversario a contradecirse o confesar su ignorancia.
La educación que impartió Sócrates a los
atenienses es un ejercicio continuo de alcanzar la felicidad pura, lo bueno la
virtud, la justicia individual como colectiva, es decir el areté (la excelencia humana).
Esa búsqueda de perfección del hombre lo convirtió en un maestro de la
mayéutica “el arte de dar a luz”, despertando y alumbrando el saber del hombre que pudo estar oculto y
que de por si es heredado. Esa herencia la toma el hombre cuando cree en sí
mismo y en los nuevos valores sociales (democracia), de allí surge esa relación
entre el individuo y el estado de aceptar las leyes ya que son importantes para
construir al hombre de bien.
Sócrates aceptó su filosofía y la llevó a
práctica, sin desligarse según él de los problemas que a diario vive el hombre,
como la esencia de los dioses y la ignorancia de los jóvenes. Esta fue su
doctrina y su vida, pero también fue su
muerte. Sócrates lo condenaron y le
obligaron a que se suicidara bebiendo la cicuta (año 399 a.C) por el cargo de
impiedad y de corromper a los jóvenes atenienses. Pudo escapar de la cárcel
pero su partida contradecía todo lo que enseñaba.
“El hombre y la
mujer son dichosos si, y solo si son
virtuosos, pero si son injustos y malos, son
desdichados”
Sócrates
Dr. Nohé Gonzalo Gilson Reaño
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