EL FENÓMENO CHENTO CUERVO…
“Yo sembré la semilla para regarla en la libertad;
Después ella creció silvestre. Así empecé la escuela.
Se la debo a los sueños. A una necesidad y a una miseria.”
CHENTO CUERVO
La escuela tradicionalista era
considerada para muchos pedagogos modernos un sistema pasivo -cerrado para la
formación física e intelectual del niño, todo giraba entorno a la autoridad y
el castigo del maestro (la letra con
sangre entra) rompiendo con la capacidad de libertad y reflexión estudiantil.
Por tal motivo, finalizando el siglo XIX y entrando el XX se presenta a nivel
mundial un cambio en el sistema escolar, se luchó para que desaparezca en el
aula el mecanicismo, el autoritarismo y el formalismo, y se crea un paradigma
educativo bautizado como Escuela Nueva o Activa. La figura del docente ya deja
de ser un magistrocentrísta en el aula de clases y es el estudiante el actor
principal de su propio aprendizaje, el objetivo de este nuevo sistema escolar
es que el niño vivencie y experimente, es decir, “aprenda haciendo”.
En
este mismo orden de ideas, se arman de valor un grupo de personas, como filósofos,
pedagogos, médicos, entre otros, para crear métodos educativos innovadores para
romper las viejas estructuras escolares tradicionalistas y crear un sistema
escolar donde el niño aprende por el descubrimiento y por el juego, tomando como modelos los ideales educativos y
humanista de Rousseau en su obra el “Emilio”, del pedagogo Pêstalozzi sobre la
autoformación, Froebel el aprender jugando, las ideas de Tolstoi sobre el trato
afectivo en el aula, y con ellos siguen sus discípulos modernos: Montessori,
Decroly, Dewey, Claparède, entre otros. Todo esto aunado que la formación de la escuela es una
educación para y por la vida. Esta
revolución educativa entra en Venezuela de la mano del presidente Eleazar López
Contreras, (1936) para modernizar la educación y la sociedad nacional en
general.
El
maestro Manuel Vicente Cuervo conocido cariñosamente como CHENTO, abrazó muy
enamoradamente los ideales no sólo de las escuelas nuevas, sino también, el
método pedagógico de María Montessori, que sería: Autoconstrucción del
conocimiento, autoeducación y autogobierno. Así lo afirma en un artículo de la revista
Pedagógica en el mes de mayo de 1940: “Cuando
hablamos de escuela, surge como encanto la escuela activa, esa escuela nueva,
verdadera abracadabra del maestro”. Y más adelante escribe sobre María
Montessori: “Y ¿Qué decir de los métodos
educativos? Surge uno, el Montesoriano… Ojala que todas nuestras escuelitas
provincianas emplearan este método, habría una hermosa realidad”.
El
maestro Cuervo, tenía fe, entusiasmo y apego en estos proyectos educativos para
el beneficio moral e intelectual de sus estudiantes y de la comunidad en
general, realizó actividades educativas y ciudadanas con sus estudiantes como
por ejemplo: LA SEMANA DEL
BUEN DECIR, LAS LECCIONES DE COSAS, LOS CENTROS DE INTERES, LAS UNIDADES DE
TRABAJO, entre otros. Todo esto para elaborar un programa pedagógico donde el
niño tiene una acción directa sobre las cosas la que permite el conocimiento
del mismo.
Chento
Cuervo, crea su propia metodología educativa en el aula y tanto fue así que ese
método le inyectaba a sus estudiantes con precisión y sencillez no sólo para
que conocieran la historia, sino a todos las demás ramas del saber. Ese famoso
método era el CUENTO, incorporaba de forma didáctica la fusión entre las
ciencias básicas con las narraciones antiguas (Iliada) y las modernas (tío
tigre y tío conejo). Muchas de esos cuentos lo ilustraba dramatizándolo con la
mano y con todo su cuerpo logrando que sus estudiantes captaran lo estudiado,
pero también, era una forma divertida, alegre y armónica de educar, instruir y
formar, ya que para el maestro Cuervo, el estudio bien dirigido es una manera
de aprender a pensar.
El
fenómeno Chento, materializó y le dio vida a todo a través del cuento, incluso,
hizo suyo los ideales de la escuela Nueva para formar a sus estudiantes en
valores humanos para que puedan vivir en libertad ciudadana, pero también le
dio herramientas morales y éticas para que usaran sus corazones como seres
activos para amar lo que tienen. El mismo maestro Chento lo manifestaba de esta
manera: “Para el niño lo único que se
necesita es aprovechar el momento en que se encuentra entusiasmado para algo”.
Dr. Nohé Gonzalo Gilson Reaño.
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