Rodríguez y la escuela del
trabajo
“El objetivo de la escuela es disponer el ánimo de los
niños
para recibir las mejores impresiones y hacerlos capaces
de
todas las empresas”. Simón
Rodríguez.
Simón Narciso Jesús Rodríguez nació en
Caracas en la época colonial de 1771. Fue educador, pedagogo y escritor
venezolano. En el año de 1791 el cabildo de Caracas lo asignó maestro en la “escuela
de lectura y escritura para niños”, en los que estaban los pardos y blancos hijos
de la más distinguidas familias de la ciudad, entre sus alumnos estaba el niño
Simón Bolívar. Más tarde, el futuro libertador en su adolescencia sería su
discípulo viviendo temporalmente en la casa del maestro.
Rodríguez siempre fue una persona
rebelde y sabia a la vez, en el año de 1794 en su juventud presentó al Ayuntamiento
un plan de escuelas para la ciudad capital inspirados por los ideales pedagógicos
de la Ilustración específicamente de Rousseau. Donde plantea que el niño debe
recibir las mejores impresiones de
belleza que parte de la naturaleza, además que los niños sean capaces de todas las empresas, es decir, que los niños y niñas
tengan fe en sí mismo, que superen las dificultades y que sean enérgicos.
Siempre inquieto viaja a diferentes
países para aprender idiomas, tomar ideas pedagógicas y para pensar en sus proyectos educativos.
Tuvo la oportunidad en Bogotá (1824) de montar una casa de “Industria Pública” donde
enseñaba a los jóvenes oficios mecánicos, de lectura, escritura y cálculo. Luego
en Lima colabora con Bolívar en las políticas administrativas, educativas y
territoriales del Perú. También en Chuquisaca (Bolivia) presentó al gobierno un
plan educativo y que fue aprobado para instruir a los jóvenes en las primeras
letras, aritméticas, algebra, geometría, dibujo, ejercicios militares y oficios
mecánicos. Este proyecto se materializó no sólo en Chuquisaca sino también en
otros pueblos y ciudades de Bolivia y más tarde en Arequipa (Perú).
El método de enseñanza en Chuquisaca estaba
basado en el trabajo, es decir en la “industria”. Los niños aprendían a
subsistir y a relacionarse con los demás. Además, según la pedagogía de
Rodríguez: “todo ciudadano… sabe ganar el pan con el sudor de su frente y el
trabajo de sus manos”. Los niños de la escuela de Chuquisaca tenían que aprender
tres oficios como la albañilería, carpintería y herrería. Ya que según palabras
de Rodríguez: “la tierra, madera y metales se hacen las cosas más necesarias…”.
Por otro lado en la escuela de Concepción (Chile) y el de Valparaíso, Rodríguez
les inculcaba a los niños como se fabricaban las velas, los ladrillos y los adobes.
Simón Rodríguez rompió con el sistema
educativo de la época, los estudiantes no deben ser meros espectadores o
repetidores de lecciones, sino seres despiertos e inquietos en preguntar y
actuar, que el aula sea un ambiente de conocimientos pero también de trabajo,
diversiones, juegos y paseos.
Escribió y publicó varias obras entre
ellas: Sociedades Americanas, el libertador del mediodía de América y sus
compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social, Luces y
Virtudes sociales. Además, presentó varios artículos en los diferentes
periódicos de Perú, Bolivia, Colombia y
Chile.
En febrero de 1854 a la edad de 84 años muere
en Amotape Perú. Sesenta años después fueron llevados al panteón de los
próceres en la ciudad de Lima y luego por conmemorar el centenario de su muerte
sus restos se trasladaron a Caracas (1954) al Panteón Nacional.
“Escuelas para
todos, porque todos son ciudadanos”. Simón
Rodríguez.
Dr. Nohé Gonzalo Gilson Reaño
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