León Tolstoi y su escuela para ser libres
“Todo lo que sé lo sé porque
amo”.
Toistoi
León
Nikoláievich Tolstoi, nació en el año de 1828 en Yásnaia Poliana y muere en
1910 en Astápovo, en la actualidad Lev Tolstói, provincia de Lípetsk. Fue hijo de un noble terrateniente y de
una millonaria princesa, María Volkonski. Tolstoi, es considerado el pensador
ruso moderno profundo para su época (siglo XIX). Además, fue un gran novelista,
cuentista y pedagogo conocido por su realismo en sus narraciones. En la edad de
la adolescencia, Tolstoi no tenía una clara meta que cumplir en esta vida, no
creía en nada y no hacía nada, prevalecía en él la ociosidad, se refugiaba en
las bebidas alcohólicas y en mujeres.
En el año de
1847 a la edad de 21 años deja la Universidad de Kazán, (donde estudió primero
en la Facultad de lenguas, y luego cursó leyes) para fundar una escuela en
Yasnaia Poliana, en la que intentó educar a los hijos de los campesinos. Se
conmueve de la miseria, el dolor de los pobres, buscó consagrarse a ellos. Se
le hizo muy difícil dicha tarea ya que había escasez de conocimientos
profesionales para desarrollarlo en dicha población.
Tolstoi
ingresa al ejército en el año de 1851 y egresa de él en el año de 1856, pidió
su baja para buscar su horizonte en la escritura y en la educación a la vez.
Entre los años 1857 hasta 1861 se dedica a viajar y visitó a varias escuelas
alemanas y francesas donde se enamora de los pensamientos y pedagogía de
Rousseau para, más tarde crear su propia escuela gratuita en Yásnaia Poliana,
donde pudo reclutar un gran número de niños pobres para formarlos con su propia
pedagogía, donde su enseñanza estaba dirigida y centrada a las sagradas
escrituras, llamada instrucción religiosa. Aprovecha la finca de dos plantas
heredada de su padre, con grandes hectáreas de terrenos para plantear su ideal
pedagógico. Allí dividió los cuartos en aulas y en espacios recreativos y
gimnásticos.
Las
actividades académicas se desarrollaban en clases inferiores donde se lee,
resuelve problemas relativos a las tres primeras reglas de aritmética y aprende
la historia sagrada. Pero también existían clases de poesía, dibujo, canto y
naturaleza. Una de las reglas de Tolstoi en la casa escuela no hay tarea
ni lección, no debe existir. El niño “no está obligado a preocuparse hoy de lo
que hizo ayer. No se tortura el entendimiento para la lección que va a seguir.
No lleva más que a sí mismo, su naturaleza impresionable, y la certeza de que
la escuela será hoy tan alegre como ayer. No piensa en la clase hasta el
momento en que ésta comienza”. También hacían otras actividades escolares
llamada clases exteriores donde el estudiante podía aprovechar las grandes
extensiones de tierra de la casa escuela para jugar y divertirse.
Siguiendo
Tolstoi de los ideales de Rousseau sobre la educación naturalista, los niños se
sentían a gusto por no existir en clase el castigo aplicándoseles una pedagogía
afectiva libertaria. Ellos pueden entrar y salir cuando así lo consideren, en
cuanto al afán de la lectura sucede al afán del juego. Entre todos, estudiantes
y maestro crearon un periódico llamado: “Yásnaia Poliana” donde se reflejaba en
los artículos que estaba en contra de la censura, reivindicando el pensamiento
libertario y de progreso. Lamentablemente en pocos años de fundada la escuela
se cierra, ya que Tolstoi arremete contra las políticas represivas del gobierno
del Zar Nicolás II.
La escuela se
reabre en 1870 con mayor fuerza pedagógica y popularidad, cuyo objetivo siempre
fue estimular la independencia de los educandos
desarrollando su creatividad y experimentando su vida.
Para el año de 1910 contando con 82 años
de edad, Tolstoi, quiso poner en práctica sus ideales de libertad retirándose
de su amada población, su escuela y de su familia, no lo hizo sólo, sino con la
ayuda de un doctor que era su amigo y seguidor de su filosofía. Era a mediados
del invierno que cae éste enfermo y muere de Neumonía en la estación de
Astápovo (actualmente, en la óblast de Lípetsk). Se dice que sus últimas
palabras fueron: “Hay sobre la tierra
millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí solo?”
Tolstoi
Dr. Nohé Gonzalo Gilson Reaño
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